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La filosofía de trabajo

 

Para mi, todos los proyectos siguen los mismos principios básicos. Siempre los sigo y son el eje de mi vida profesional.

 

1-Conocer bien el problema del cliente. Ayudarle a preparar un briefing (si es que no nos lo ha dado) o crear un contrabriefing donde se evalúe su problema para poder redactar un documento con la estrategia a seguir.

 

 

2-Explicarle al cliente la estrategia de comunicación o marketing y hacer que entienda que mi cliente no es él, sino sus clientes, el público objetivo.

 

3-Marcar unos objetivos de comunicación atendiendo a tres premisas jerarquizadas:

 

            -lo que voy a comunicar y a quien: mensaje-target

            -para qué lo comunico: estrategia corporativa-estrategia de marketing global

            -de qué recursos dispongo

 

4-Explicarle al cliente que en comunicación no existe ni lo bonito, ni lo feo, ni los gustos. Existe lo pertinente y lo que no lo es. Si el producto comunicativo cumple los objetivos, es pertinente y por tanto eficaz. Fin de la historia.

 

3-Olvidar mis valores y personalidad para meterme en la piel del consumidor y crear por y para él.

 

4-Poner la creatividad al servicio de la estrategia.

 

5-Elegir el proyecto más creativo y eficaz. Un  proyecto eficaz es el que consigue alcanzar los objetivos de forma más clara y utilizando la menor cantidad de recursos escasos (tiempo, dinero y personal).

 

 

Muchas cosas pueden variar según cada caso, pero no estas.

Puede que esté equivocado y siempre estoy dispuesto a aprender, pero a mi, de momento, me parece que esta es una buena forma de no acabar haciendo cosas absurdas como la nueva identidad corporativa de TVE.

 

Dicho esto, agradecería enormemente que alguien me explicase la nueva campaña para fomentar el uso de preservativo entre los jóvenes…Supongo que si nadie me da una explicación lógica, yo mismo criticaré próximamente ese monumento a la estupidez.

Y resulta que klimt está de moda

Uno no es muy ducho en el arte de apreciar el arte, pero conoce algo, lee algo, sabe poco y escucha mucho y, al final, adquiera una fina pátina de cultura que lo aleja del mundanal ruido. Pero el ruido, las modas y las tendencias golpean a mi puerta como los recibos a fin de mes y en cada esquina me aguarda emboscado un o una idiota, con ganas de provocarme dolor de estómago y cabeza.

Llego a una pequeña tienda de cuadros, donde se enmarcan y venden láminas y cuadros originales y hay una pareja dentro, así que espero mi turno. La dueña, solícita, recuerda mi encargo y me dice: “enseguida te lo traen que han ido a por él al almacén”.

Yo le digo que de acuerdo, que espero allí si no le importa y me pongo a ojear los marcos y los originales.



Inevitable es que en diez metros cuadrados, no oigas las conversaciones ajenas y colijo por las divagaciones de la pareja, que desean “dos cuadros grandes para el salón, con mucho colorido”, pero que no saben si quieren originales o unas láminas de alguna obra conocida.


En principio diré, que un cuadro, una obra de arte, hasta la peor de las peores, no es un azulejo. Así que no se puede ni se debe elegir en función del tamaño y color. Esto no es parquet ni una encimera. Es arte.

Arte es un concepto especialmente abstracto, pero creo que todos estamos de acuerdo en que solo aquello que te inspira, que te genera una emoción, puede ser considerado arte. Siendo la intención colocar esa obra de arte en tu salón, será mejor que elijas algo que te provoque algo positivo, y no arcadas.




Mientras miran el catálogo de láminas, llegan a “los girasoles” y lo pasan “porque está muy visto”. Llegan a varias obras de Gaunguin, todas de escenas de Tahiti y ella dice que “de color bien, pero parecen cuadros de esos de negricos, como los de la iglesia”. Pasan varios expresionistas resumidos en un “¡uh! Quita, quita”. Y llegamos a Klimt: “ ¡Mira!, el del aire de LG que no se ve. Este esta bien y se lleva mucho. Venga, pues este, uno; ahora a ver otro que sea así también grandecico.”


Al grupo de Monet, Degas, Renoir y demás impresionistas, y repito que yo no soy un entendido, pero es que las láminas eran de obras archiconocidas, las pasa él chico rápido diciendo “¿esto es como viejo, no?”. Y su mujer asiente con cara de asquito.

Llega por fin mi encargo. La señora lo desenvuelve, me lo enseña sobre el mostrador, yo miro que estén bien alineadas las imágenes, bien recortado el paspartus y cuado voy a decirle a la señora que cuanto es, la mujer esta a la que le asusta el expresionismo nos interrumpe:

Ella -¡Ay! Mira que buena idea. Pues eso tampoco estaría mal.


Él – Si, pa hacerlo así mas grande.


Ella - Si, si…¿oye perdona, eso es de aquí o ya te traías tu las fotos?


Y os explico. Yo había llevado una serie de imágenes en blanco y negro (en escala de grises más concretamente), de objetos que a mi chica y a mi nos resultan atractivos y nos recuerdan cosas, como un trozo de cerámica, una llave antigua y un candado, uno de esos trozos de árbol seco que hay en las playas y otras cosas, y las habíamos montado en un gran marco rectangular una junto a otra. Y se que esto también forma parte de las modas y que hay muchos iguales en Ikea, pero al menos, estas cosas eran nuestras, solo nuestras.


Yo intente ser amable y le dije: “no, lo siento, las fotos son mías”. Pagué y me fui.



Por el camino a casa yo iba pensando en que tenía que comprar alcayatas, pero no se me iba de la cabeza que Klimt se lleva mucho porque sale en el aire acondicionado “Art cool de LG”.

Yo no se mucho de nada, ni mi abuela tampoco es que sea una reputada tasadora de arte, pero hasta ella tiene en el salón un bordado que le gusta, una acuarela bastante pobre de una playa pero que también le gusta, un tapete que hizo su madre y que tiene significado para ella y las fotos de sus hijos y su nieto. Quizás su salón no esté de moda, pero en él, el arte que hay, poco, mucho, pobre o rico, bueno o malo, hace honor a su nombre, no es clónico, no sigue nada más que un principio básico: que “eso” que tienes en tu salón, te diga algo, te emocione de alguna forma. Tampoco creo que sea tan difícil…

el principo del recurso escaso

Un Principio de economía general afirma que “los bienes económicos y los factores de producción se encuentran en la naturaleza en situación de escasez, y por ello existen los precios. El objetivo de la economía como ciencia es precisamente decidir cómo combinar y distribuir los recursos económicos escasos de la forma más eficiente y justa posible”.

¿Saben qué creo? Que el principio del recurso escaso está mal formulado.

Un recurso escaso es aquel que no puede renovarse. Si es renovable, no es escaso, y el precio puede descender si se hace rentable su renovación. Un recurso renovable es ecológico y por tanto, su renovación es beneficiosa para el entorno y el proceso es sostenible. Si el proceso de generación de recurso y sostenibilidad del recurso y su entorno, así como de la sociedad que lo disfruta es permanente, llegamos a una situación en la que la economía debe crear un principio básico nuevo.

“El objetivo de la economía es hacer que los recursos escasos se conviertan en sostenibles y favorecer su distribución en un libre mercado supervisado, de manera que aseguremos una distribución lo más eficiente y justa posible”.

Y si realmente el recurso escaso es aquel que no puede renovarse, podemos explotarlo con cierta medida, pero no basar nuestra economía en él, porque cuando nos falle, todo se irá al traste.

 

¿Y saben también qué creo?

 

Que fomentar una industria de construcción, promotores e inmobiliarias para levantar España fue un error. Sobre todo sabiendo que el suelo no es renovable, ni el dinero de los españoles es infinito, ni tampoco la capacidad de absorción de deudas de los bancos.

Un error que alcanza a los dos partidos mayoritarios de este país.

 

Se con certeza que no tengo los conocimientos necesarios para acertar en mi análisis económico, pero se también, que ya va siendo hora de que el único recurso escaso de nuestra economía sea el tiempo. Para mí, el reto de este nuevo siglo es hacer rentable una sociedad en la que la economía gire entorno a la renovación de los recursos, prestando especial atención a la energía.

 

Se nos olvida a todos que allá por el año 2000 la crisis del petróleo sumió a EE.UU. en un caos energético que provocó miles de muertos; incluso por congelación dentro de sus propias casas. Esta claro que hemos equivocado los conceptos.

Yo no se mucho de macroeconomía, pero debería ser obligatorio para cada constructor, que el edificio tenga recursos energéticos alternativos como placas solares. Debería ser obligatorio que la calefacción y el aire acondicionado de los establecimientos públicos, ministerios y hospitales permanezca regulado por ley a temperaturas que economicen energía. Deberían tomarse medidas que de verdad hagan que sea “el todo lo que cuente” y que no solo se quede en un slogan publicitario.

Podría seguir dándole vueltas al tema y bajo cada capa siempre habría otra subyacente, mucho más controvertida y compleja, así que dejo apuntada esta idea y que cada cual la entienda como prefiera. A mi se me antoja que mi propuesta peca de infantil, tanto en lo utópico del remedio, como el planteamiento del problema, pero así somos algunos.

A veces, las respuestas más absurdas son las que resuelven más rápido, los problemas más complejos.

La "obra social" de ibercaja

De la nueva campaña de la Obra Social de Ibercaja extraigo una serie de frases que me dan vértigo:


¿Qué debería ser el dinero? “Porque el dinero debería servir para unirnos y no para separarnos”, “porque el dinero debería abrirnos caminos y no impedir que accedamos a ellos”. “Porque el dinero es lo que hacemos con él”.


Mal. Muy mal.

 

Para unirnos esta la dialéctica, la palabra, los valores, la filosofía, la conversación, la opinión, el pensamiento, las creencias, la fe, la bondad, la humildad, losideales, la ética, la moral, la responsabilidad, el amor, el arte y mil cosas más. Para acceder a nuevos caminos tenemos el intelecto, la astucia, la curiosidad, el interés, la cultura, la sabiduría, las preguntas, las respuestas, las dudas e incluso la maravillosa locura creativa de todos y cada uno de nosotros, puesto que todos soñamos alguna vez con algo.

El dinero no debería abrir puertas ni cerrarlas, ni crear puentes. No debería ser nada más que una realidad de intercambio... Solo un medio para un fin, pero no una motivación para realizar una acción con sus respectivas consecuencias. El dinero no debería nada. Ese “debería” es un asesinato moral.

Cito textualmente: Según destacó durante el acto el director de la Obra Social de Ibercaja, Román Alcalá, la nueva campaña enlaza los diseños de Kalina con las acciones de la Caja. “Para la Obra Social de Ibercaja, el dinero es la ventana y la puerta que nos permite estar presentes en la sociedad y el puente que nos une a ella a través de todas las acciones que ponemos en marcha”.

Que sí, que lo es. Que el dinero es el combustible con el que funciona la sociedad. Pues si. Pero señores de una obra social: ustedes; ustedes más que nadie no deberían haber caído en esa falacia. Mala campaña de publicidad. Mal planteamiento creativo. Mala estrategia de marketing. Mal mensaje a la sociedad.


Claro que importa lo que hacemos con el dinero, pero nunca deberían haber dicho que “EL DINERO DEBERÍA”.


El tema del dinero es tan complejo, tan duro, tan terriblemente necesario y amoral, con tanta falta de tacto, delicadeza y ética que nunca, nunca, jamás debe ser el centro de ninguna campaña que intente destacar valores sociales y morales.



Quizás ese señor de la Obra Social de Ibercaja quiso decir que “La obra social de Ibercaja pretende respaldar económicamente aquellos actos culturales, sociales, medioambientales y de investigación que nos ayuden a todos a estar más cerca, más unidos, a ser más responsables y a intentar que todos tengamos las mismas oportunidades. Porque el dinero tiene valor solo cuando vale la pena lo que hacemos con él.”



Y claro que esto lo voy escribiendo sobre la marcha y que no es muy bueno como campaña, pero seguro que a muchos creativos y muchos publicitarios en general, se les hubiese podido ocurrir algo mejor que destacar el desagradable significado del dinero.



A la agencia Contrapunto, le aconsejo, desde mi incultura de provinciano, que piensen más antes de decidir meter en sus campañas temas como el dinero; sobre todo si se trata de una empresa que se lucra ganando dinero con el dinero que presta. Y encima, con el micro y microentorno actual de crisis económica. ¡Que par de gónadas masculinas tíos!



Y señores, no hablo solo por mi mismo. A más de uno y más de cincuenta, que viven en comunidades de ONGs, que viven pendientes de que las ayudas de las fundaciones les lleguen, trabajando muy duro a diario, reciclando basuras de la calle y cultivando su propia comida, les ha dejado perplejos que tengan las narices de establecer lo que el dinero debería ser o hacer.



Que a nadie se le olvide que para hacer grandes cosas, para crear grandes puntos de unión y cohesión social, grandes inventos y estructuras que sustenten nuestro mundo, se necesitan GRANDES PERSONAS, a las que se debe ayudar con dinero; no grandes sumas de dinero para ayudar a las personas. Porque para Ibercaja, su dinero no debería ser su manera de acceder a la sociedad, sino que deberían haber dicho que, como trabajan con dinero, entienden su importancia y su necesidad; por eso su tarea consiste en respaldar económicamente, con profesionalidad y dedicación, los proyectos que más pueden contribuir a que el dinero adquiera realmente VALOR.



Y que nadie crea que intento enmendarle a nadie la plana. En las agencias hay señores muy listos que trabajan duro y bien, pero a veces no. Esta es una cagada tan gorda, una patada tan en la boca de cientos de voluntarios que van a las ONGs y que contribuyen mucho con solo haberse gastado el euro del autobús, que me asqueo de mi mismo, de mi carrera y de lo poquito que se trabaja con estudios de campo antes de hacer anuncios de corte social. ¿Realmente alguien cree que han ido a una ONG a preguntarles qué es el dinero? ¿Le han preguntado a un señor que quiere investigar para encontrar una vacuna contra el SIDA qué es el dinero?

Pues me da la impresión de que no. ¿Saben qué les hubieran dicho? Pues que el dinero es una jodienda. Que es tan odioso como necesario. Que es necesario para todo, hasta para garantizar nuestras estructuras políticas y sociales de democracia y libertad, pero que a veces es muy cruel, muy volátil en sus afectos y muy duro con sus rencores. Que el dinero mueve el mundo y es el motor del progreso, pero que en su avance, destroza a mucha gente estrujándola entre sus engranajes. Por eso y solo por eso nunca debió ser el centro de una campaña social.

A roberto Iniesta

Uno puede emocionarse al oír una gaita, un violín, un piano, o un solo de guitarra. A algunos les parecerá ridículo asistir a la ópera o a una iglesia a escuchar gospel y a otros, les producirá grima el constante tintineo de las baquetas de jazz o quizás todo lo contrario. Todos podemos opinar, pero más allá de los gustos, están las certezas. Luciano Pavarotti, Placido Domingo, Friedrich Händel, Los Beatels, U2, los Rolling Stones, Jimi Hendrix, Sinatra, Ella Fitzgerald, Elvis….todo eso son certezas.

Y mirando en casa, en esta España que nos ha tocado vivir, nadie puede negar que algunos somos nietos de Serrat y Sabina e hijos bastardos de Extremoduro.

Se nos olvida mirar a los que tenemos enfrente solo porque no cantan en ingles; pero lo cierto es que hay demasiados ídolos con pies de barro allende los mares y las fronteras y aquí, entre Plasencia y el País Vasco, entre el estiércol, nos nacen poetas que dicen más con un rasgueo de guitarra y un grito gutural que mil pijas con sus melodías baratas.


Pocos grupos han dado tanto, han hecho tanto por la música de un país, por el estilo, por marcar un camino que hoy nos ha dejado una gran generación de grupos y solistas que intentan encontrarse sin perder de vista al “Robe”, a Roberto Iniesta, Don Roberto. Y ni Extremoduro ni “Robe” pasarán a la historia por ser un dechado de virtudes, ni por no fumar, ni beber, ni drogarse. Tampoco como buen ejemplo y puede que nunca hicieran nada demasiado bien, pero le pusieron banda sonora a grandes poetas, fue poeta de grandes hazañas, de días enteros de tardes muertas de adolescentes que crecimos enganchados a un walkman, a vino barato y cerveza, a estrofas de Machado, de Lorca y de otros que no conocimos y que hicimos nuestros, poniendo su letra en la voz de Roberto, y su voz en nuestra cabeza, plantando semillas que brotaron con ganas de respuestas.


Ahora que ya tengo más años y he asistido a más funerales y bodas, veo con orgullo que Roberto ha madurado como lo hacen los grandes, como Fito, como Kutxi Romero, con honor y sabiduría. Honor para envejecer sin traicionarse a si mismos, sin ser más que lo que uno es y siempre ha sido. Más maduro, más listo, más cansado y con mucha más experiencia.

Probablemente nunca podré acercarme a Roberto Iniesta y darle las gracias por significar tanto para un crío de dieciséis años y por poder seguir significando para un hombre de treinta. Estoy seguro de que nunca podré expresar con palabras lo que siento cuando oigo “Tres Puertas”. Me siento monte, y viento, y también hoja muerta y retoño verde y se me escapa el alma, o me la encuentro o algo así.

Probablemente, lo que nos deje para siempre, como los grandes, es la certeza, la verdad sin duda, la que queda cuando escuchas uno de sus temas y el tiempo se detiene para que salte la espuma de la ola, aquella ola “que surge del último suspiro de un segundo y nos transporta mecidos hasta el siguiente”…

Gracias por tanto Roberto. Gracias.

¡Luchemos por la igualdad!

Y al oír ese slogan a voz en grito. Miro hacia el púlpito y veo a una mujer enarbolando sus valores con el puño cerrado, bajo una bandera de uno de nuestros partidos mayoritarios y sobre un pedestal circense sufragado por el ministerio de igualdad, a la postre, pagado con el dinero de los “curritos” autóctonos. Me puede la curiosidad y dejo a mi sobrino dando vueltas a mi alrededor con la bici y le presto el oído a la señora mientras no le quito ojo al crío.

Habla de valores, de trabajo, de sacar el país adelante, de las necesidades de las familias y de la igualdad entre hombres y mujeres.

Al cabo de un rato, mi sobrino se cansa, se viene al banco, le doy su zumo y se queda sentado a mi lado y empiezo a mirar a mi alrededor, a la gente, a los que escuchan y a los que pasean y me pregunto cuanto gana esa señora al mes, cuanto habrá costado ese mitin y esa convocatoria; me pregunto si no somos ya bastante iguales. Para mi que estamos todos jodidos por igual, pero en fin. ¿Luchemos por la igualdad? ¿La igualdad de quien? ¿Con quién tengo que igualarme?


Los hombres están desigualmente educados, al igual que las mujeres. Tenemos fracasos en ambos géneros, desprecios, tristezas y desempleo por igual y, si en algo destacan los hombres, por encima de las mujeres, es en ser más brutos, menos capaces de sentir y más dados a tomar decisiones absurdas y poco reflexivas. Creo que no hay NINGUNA necesidad de igualar a hombres y mujeres en nada porque la igualdad que se demanda proviene de una reflexión absurda. Hay solo que hacer una sencilla operación:


Pepe y Ana son: primero personas, luego personas que puedes hacer cosas malas o buenas, personas que tienen unos conocimientos o unas carencias, etc., y luego, mucho más allá, Pepe es una persona hombre y Ana una persona mujer, que a su vez pueden tener sus gustos y sus orientaciones sexuales CUALESQUIERA que sean y punto. Porque Pepe y Ana son IGUALES, son personas.



 

No hay nada que igualar. La igualdad va implícita en el concepto de ser humano. Lo otro, es debatir sobre una cuestión indiscutible, avalando así la idiotez del que enfatiza la distinción y, exonerándolo de culpa cuando saca el tema a relucir y opina sobre el mismo, puesto que opinar no es un delito. Pero claro, nadie opina que el cielo es verde. ¿Saben por qué? Porque en la definición de cielo y su obviedad, como en la de ser humano y persona, no caben errores de apreciación.



¿Qué dice usted? ¿Qué lo de la igualdad es por el trabajo y esas cosas? Ah!, perdone, entonces si, claro. Debe haber en el gobierno tantos hombres como mujeres, bomberas como bomberos, enfermeras como enfermeros y que la cantidad de blancos y negros sea proporcional, y la de gordos y flacos, bajos y altos, homosexuales y heteros, que opten a ayudas la misma cantidad de drogodependientes que de alcohólicos, de prostitutas que de chaperos y qué, que más…¿es que nadie ve que eso es absurdo?


Es un planteamiento simplista de corte comunista apoyado por personas capitalistas que viven en una compleja sociedad en la que nadie quiere ser menos que nadie y todos quieren tener un coche mejor. No se puede ser absurdo. Organizaciones comunistas con salarios capitalistas y valores anarquistas en mitad de un siglo postmodernista que arrastra traumas del medioevo…para mi que se me va a atragantar el cóctel. Hay que ser coherente y una vez más, la respuesta a esa serie de demandas, es complicada si no se organiza sobre una base objetiva.


En el gobierno debe haber PERSONAS cualificadas, me da igual de que color, género o procedencia. Y los que mejor lo hagan, que se queden, aunque no hubiese ni un solo hombre en toda La Moncloa. Y en el departamento de bomberos igual y así, en todos y cada uno de los puestos de trabajo que se me ocurren. Y que gane más. Quien mejor desempeñe su tarea.

¿A que nadie ve raro que a un obeso de 140 kilos no lo dejen ser bombero? ¿Pero y si ese señor sabe mejor que nadie como atajar un fuego y tiene grandes conocimientos de química y meteorología y es ingeniero de montes? Ah!, pues que se joda. Que adelgace.


Porque claro, puedo decir que alguien es un gordo de mierda, pero no un negro de mierda o un catalán de mierda o un murciano paleto.


¿Entonces donde leches está la igualdad?

 

 

Yo no se si me explico, o es solo que vivo a la sombra de una idea intentando explicar la figura que el halo me difumina, pero a ver si alguien me ayuda a entender qué tengo que igualar y con quien o a quién desigualo yo con mi propia existencia. Porque de verdad, que estoy como Gila llamando al “enemigo”.

Leroy merlin y yo

Leroy Merlin es “La Meca” de los manitas de fin de semana; estos aficionados al bricolaje que engordamos la lista de accidentes en el hogar y que hemos pasado alguna vez por urgencias deseando que no nos preguntasen “cómo nos habíamos hecho eso”.


Es un poco como el Fnac para un friki. De hecho, un manitas es un friki del bricolaje. Los dos grupos tienen palabras clave, su propia jerga y cosas que dan prestigio. Y lo más extraño es el sentido del humor que desarrollamos.



Si te metes en una conversación de frikis, podrás oír cosas como: -“y va el tío y le pide un router wifi 2,0 para una tarjeta GHX, para el XP”. Y ves que todos se descojonan y tu te quedas a cuadros. Hay sabes que nunca serás mago elfo de nivel 20.

Pues cuando eres “bricolero” pasa igual. Se utilizan palabras que nadie más entiende y si tu colega te dice que se ha comprado el “Taladro Inalámbrico en Húmedo Bohle para Azulejos y Vidrio. Tres velocidades, diámetro entre 5 y 70 y con refrigerador de agua integrado”, tú lo miras con admiración y respeto, y él, henchido de orgullo, te dice: “que cuando te haga falta te lo dejo…”, y te da una palmada en la espalda mientras los dos sonreís con complicidad.



Total, yo a lo que venía a contar. Que voy a Leroy Merlin única y exclusivamente a por un recambio de lijas para la lijadora, como es lógico. Y ya de paso, mi suegra me pide que le compre unas tijeras de podar.



Yo llego, cojo mis hojas de lija y me voy a la sección de jardinería a por las tijeras. Veo unas pequeñitas, por algo más de diez euros y me voy a por unas grandes, de dos manos, que había a mi izquierda. Fabricadas en fibra de carbono, ligeras, resistentes, cinco años de garantía y sesenta Euros. Me parece que son muy caras y sigo mirando.



Hacia un lado, abajo, veo: “Cortasetos Espada. Oferta- 81 Euro”. Que yo ya con el nombre, me lo hubiera comprado, pero me leo las cualidades, la descripción y me parece que no está mal. Pienso que es más cara, pero automático y eso, no se por qué, siempre parece una ventaja.


Mientras estoy pensando que a mi suegra le vendría muy bien, aparece un “experto” de los de la tienda y me pregunta si puede ayudarme. Yo le explico que quiero algo para que a una señora mayor le sea fácil podar y eso y me explica cosas. Sucede que mi elección no es muy buena, por el peso del aparato, que son casi 4 kilos, así que me enseña uno de material más ligero y más resistente que cuesta 181 Euros.



Lo cojo, lo blando cual Tizona y empiezo a pensarme el precio. Se que llevo la tarjeta, pro es mucha pasta y no se, y no se ….y venga, me lo llevo.


Y al pasar el siguiente estante, veo por el rabillo del ojo un pedazo de sierra increíble que cuesta solo 298 Euros. Y le digo al chico. ¡Oye! ¿Y esta?



Y me dice- Hombre, eso es que son palabras mayores…(y a los hombres nos encantan las palabras mayores)


-“Eso es una motosierra Stilh, la mejor del mercado. Una sierra ligera de poda especial para talla y paisajismo, de solo tres kilos, encendido por microprocesador, garantía de por vida y sujeción ergonómica.”


Y pienso: es más cara, pero tiene microprocesador. Es mas cara, pero ergonómica y especial…de por vida…la mejor… Cogí mi sierra, me fui a la caja y me dejé mis trescientos euros de sierra.

¡Y salí contento!. Que lo mejor es que te has gastado 300euros en lugar de 13, pero te vas contento.

Sales del aparcamiento contento. Coges la carretera contento. Empiezas a acercarte a tu casa y vas pensando. No puedes aparcar y empiezas a dar vueltas y a darle vueltas al tema…Madre mía que he comprado una sierra de 300 euros. Se me ha ido la cabeza. Yo no se. A lo mejor si que es buena idea. No se, no se….Aparcas y ya no estas tan contento. Subes a casa ya de mal rollo. Y vas cambiando la cara según le vas dando un beso a tu mujer.



-¿Qué tal en el Merlyn?




-Bien.



-¿Y los recambios, los has comprado?


-Si



-¿Y esa caja?




-Una motosierra de 300 euros para tu madre…para que pode…las plantas…





-las plantas…





-Si. Especial. De poda…




-ahhhh…(silencio) …bueno… ( más silencio)





-es ergonómica, la mejor, de por vida…




-ya…(otro silencio)





-¿La devuelvo, no?



-Si, si, creo que mejor que si…


Y entonces me dio un beso y me dijo que me quería mientras se iba por el pasillo sonriendo.

Supongo que todos y todas, a veces, llegamos a casa, alguna vez, con “la compra de nuestra vida” y lo único que puedes hacer es reírte y esperar que te besen con un te quiero.


Pero la culpa no es nuestra. Es de los nombres que les ponen a las cosas, de las cremas con coenzimas y alfa glutamatos con retinol Q10 y mil leches, y los chips, y los procesadores y de todo eso que es tan bonito y que parece tan útil… ¿Cómo quieren que me resista a acercarme a ver una cosa que se llama motoguadaña”?…Que te imaginas a la muerte en una Harley con solo decirlo…



En fin, que ustedes compren bien…

tele 5 contra la sexta

A mi realmente, el mundo de la televisión me da un poco igual, pero hay cosas que me resultan irrisorias de tan absurdas o quizás patéticas de tan tristes. Es un poco como los perros a las que les ponen un suéter para pasearlos en invierno, que están entre la pena y el asco. Resulta curioso y no menos ridículo que Tele 5 denuncie a nadie por los contenidos que emiten, teniendo en cuenta a lo que se han dedicado y se dedican ellos (y todos) a diario en sus programas. Y si no, recordemos el Tomate .Todos esos cutre-programas viven de hablar, criticar, informar e incluso desinformar sobre actualidad, personajes y personajillos. Siempre ha habido programas de humor, que recopilaban errores y comentarios tontos de otros programas y los metían en un “refrito zappero”.


No quiero entrar en si es legal o ilegal reírse y ridiculizar a alguien, aunque sea en clave de humor, pero lo que esta claro es que a mi, que nunca me ha interesado “Se lo que hicisteis”, ahora no solo me agrada el programa, sino que simpatizo con su causa. Y eso es a lo que yo venía: favorecer el alboroto mediático y la controversia en torno a un programa de televisión no parece la mejor manera de hacerle daño, sino más bien la forma ideal de lanzar al estrellato su audiencia. En cuanto a estrategia de “marketing de guerra” (como yo lo llamo), Tele 5 ha planteado una batalla en la que la victoria, si llega, será pírrica. En cualquier caso, Aquí os dejo mi visión de los Sexta-men … es hora de elegir cuál es tu bando…

x-men, patricia conde

Una muerte lenta y dolorosa

No se dónde metería Dante a según que creativos publicitarios. No se si merecen un castigo ejemplar relacionado con su crimen, al estilo de “Seven” o si sencillamente somos todos cómplices del absurdo universal permitiendo que la arcada se convierta en bostezo.

Quizás, algunos creativos, solo persigan la notoriedad de un producto, aunque sea para hablar mal de él, pero creo yo, humildemente, que no es esa una buena estrategia ni creativa, ni de marketing, ni de comunicación.

Así, por de pronto, comenzaré hoy por pedirle a alguien que me explique los anuncios de “con x de mixta”.

Yo no se si la cerveza es buena, o mala o si sabe a piña o limón, pero si se que les deseo a los creadores una muerte lenta y dolorosa, o al menos, una buena colleja de realismo en sus “creativas” mentes. Señores, la creatividad desmedida sin estrategia empresarial y puesta al servicio del creativo y no a las necesidades del producto y empresa, no es creatividad, es triste extravagancia.

Yo no se si en los círculos de personas no relacionadas con la publicidad o en los ambientes de altos genios publicitarios se habla de estos anuncios, pero creo yo, que a nadie le dan ganas de beber cerveza.

No quisiera entrar en el tema de los spots de compresas y tampones, pero no puedo dejar de pensar en esa madre que le dice al soso de su hijo, el del aparato en los dientes, que le enseñe el aparato a “Carla”, demostrándole que “no se avergüenza”. Si lleva razón, si la confianza es importante, pero a mi me parece que el ejemplo es solo regulero.

Primero: si yo soy Carla y el pavisoso ese me sonríe así con el aparato, o me descojono o le pego.

Segundo: Yo no soy mujer, pero creo, que lo que le pides a una compresa es que absorba y te haga sentir menos incómoda, y no consejos de maternidad.

De hecho, lo que siento al ver el anuncio, son unas ganas tremendas de que la mujer se estampe con el coche para acercarme y decirle: madre mía, con la cantidad de CONFIANZA que tenías… Mira!, ahora si que estas “manchando” eh maja.

En fin, seguro que alguien me dice que criticar es muy fácil. Bueno, puede ser, lo que esta claro es que hacer un buen anuncio debe ser terriblemente complicado.

La crítica publicitaria seguirá, seguro…

yo nunca quise ser moderado

Pasé gran parte de mi infancia, como cualquier niño, intentando exprimir los días, los veranos, las tardes, los recreos y evitando dormir siestas impuestas por adultos hastiados de tanto crío. La adolescencia la recuerdo como una etapa intensa, donde toda experiencia era poca y subir hasta lo más alto era imprescindible, aunque fuese para que el golpe resultase más grande al caer. La juventud, que no se si ya se me pasó o es solo que esta escondida entre la hipoteca y las preocupaciones propias de un urbanita cultivado, que no culto, la perdí, o la gané, o quizás la despilfarré viviendo, haciendo de vivir una profesión a tiempo completo, hasta el punto de que cuando me paré a ver lo andado, ya no solo no había huellas, es que eran tantos los círculos que había hecho sobre mi mismo, que el camino solo conducía a mi pecho. Yo solía decir que “incertidumbre” era otra forma de decir “esperanza”, que la rutina era gris, absurda, cansina y triste, que negaba la vida, que era su opuesto más aún que la muerte. Tuve y tengo grandes defectos, grandes males y a veces grandes remedios. Tuve grandes amigos que perdí en grandes momentos, a veces buenos y a veces malos y de los grandes amores y grandes fracasos, solo me quedaron grandes recuerdos. Todo era grande y a mi todo me parecía pequeño. El exceso de todo era más y mejor, aunque fuese exceso de miedo, de tristeza o de soledad compartida, que es sin duda, la peor de las soledades.




Moderar mi conducta, vivir lejos del blanco y el negro era acercarme a la simplicidad de la existencia sin sobresaltos, pudiendo un día, al despertar, ver con pasmo que gustaba de costumbres cotidianas y burguesas como hacían los normales, los extraños, los “otros”, de Sartre. Imaginaba la sensación de no vivir en la novedad y el desconcierto de los hechos nuevos y me mataba recordar que yo también podía acabar esperando a Godot.





No me sentía político, ni ordenado, ni religioso, ni podía ser nada que no fuese entropía en estado puro. El desorden es lo probable, lo natural, lo lógico. El orden es solo una norma impuesto por otros hombres cansados de no saber a dónde ir. Yo era así. Yo salía de casa siempre con prisa, andando rápido, aún sin tener muy claro cual era mi sitio o a dónde iba. Era siempre la sensación de que el segundero era más astuto que yo y yo debía ser más audaz que el paso de los días.


Una mañana de agosto, me senté en mi balcón, con los pies colgando por fuera y me di cuenta de que era como esos perros que dan vueltas sobre si mismos, que miran el suelo, lo huelen, se miran el culo, se muerden el rabo, vuelven a oler el suelo, se sientan, se levantan y al final se acuestan en el mismo sitio que estaban. Era “el efecto perro”. Llevaba años dando vueltas al mundo y el mundo dándome vueltas a mí, pero yo, realmente lo que yo era, seguía estando allí sentado, sobre el mismo suelo, porque nunca me había parado a escuchar eso que me decía la parte tranquila que había en mí. Yo no quería ser famoso ni vivir deprisa, no quería una gran casa, un gran sueldo y un gran coche. Yo quería leer, escuchar música y criar cabras en mis ratos libres. Quería tener un trabajo que me hiciera sentir bien y que fuese moderadamente decente. Murcia era un sitio bonito donde vivir a mi aire y no tenía que salir corriendo a otra ciudad para encontrarme. Yo quería tener una mujer y un hijo y plantar flores en el balcón y enfadarme cuando se secaran y echarles mal de ojo a los vecinos como hace cualquiera. Cagarme en todo cuando pierde mi equipo, tener goteras en el trastero, ir a Ikea a comprar cosas que no necesitamos y tomarme una cerveza con mí cuñado mientras mi suegra me come la oreja con sus “cosas de suegra”. Yo quería ser moderado, vivir moderadamente bien, tener un suelo razonable, enfadarme y reírme a la par, ser feliz y estar tranquilo y contento con moderación, para que no se me olvidase nunca lo que era estar triste y cansado.



El orden era aburrido y la vida no era vida viviendo despacio; pero lo cierto, es que la vida es eso que tienes cuando te levantas en pijama y vas a ponerte un café y amanece y no estas solo y sabes que los defectos propios y ajenos son bonitos, son hermosos, porque son verdad…

¿y mi café?

Voy andando camino de la parada, una señora me atropella con su paraguas.

-"¿Disculpe, le importaría morirse?"







(Lo pienso pero no lo digo). Me molesta tanto ser civilizado.









Un gato negro de ojos verdes, una perro flaco en una esquina, una mentira enfundada en un traje gris, el ciego que vende el cupón, ruido, el autobús que pasa, se para, sigue, y más ruido. El sol sale, la luz me molesta, le estorbo o me estorba o algo así; la mañana se nubla, el mañana se nubla; esta mañana ya la he vivido o leído o a lo mejor es que veo mucho cine de Emule. Me duele todo, creo que dormí mal anoche, creo que dormí, no lo se. Recuerdo a mi mujer. Sonrío y me sonríe el alma.







Es tarde. Es temprano, pero tarde. Llego tarde, ya casi ni llego, pero llegaré, todo siempre llega. Recuerdo que ser y estar no son el mismo verbo y sé que no se qué soy y que creo que no estoy.




Mi bufanda es blanca, un poco sucia, como yo; de un blanco amarillento en el que solo destacan las venas. Necesito tomar el sol, pero no ahora. Necesito unas vacaciones de la realidad, de la ciudad, del mundo. Quizás solo necesito un café.







El perro ha muerto, al menos eso parece, no lo se, pero ya no se mueve, y el ciego ya se ha callado. Quizás también se ha muerto. La verdad es que no me importa ni el perro ni el ciego y eso me molesta, pero poco. El ruido es cada vez más fuerte, tráfico, coches y más coches; todo el mundo en coche menos yo. Los odio, pero odio tantas cosas que podría soportar tener coche. Me gustaría poder ir a trabajar en caballo, o en burro… ¿Cuánto valdrá un burro?







Pasa un albañil en una moto, un inmigrante en bici, otro montón de inmigrantes andando y sonriendo y lo miro con asombro aunque creo que él piensa que es desdén. Pero no, es admiración; el sonríe y habla y camina y yo no logro ni abrir los ojos del todo. Ocho campanadas en el reloj de la catedral y un café; me muero por un café y un Donut. ¿Quién me cambia el bonobús por un Donut? No contesta nadie. La vieja del banco me mira mal y se agarra el bolso; me corta, me escondo detrás de la farola. Me escondo de una vieja y eso me hace sentir cobarde, pero a gusto, como si estuviese engañando a Hacienda. Me siento astuto e ilegal. Si, soy malo…







Pasa otro autobús; tampoco es el mío.




Se me ha dormido un pié, no se cual, puede que los dos. Tengo frió y sueño y mi café no llega, ni el Donut, ni el maldito autobús. ¿Juan Valdés existió de vedad? Para mi es como el Che, es mi libertador, con su burrico y su inocencia y su cara de ir fumao. Que tío más majo.¿En serio, será muy c aro un burro? ¿A lo mejor lo que si sube es el seguro a terceros?






Un hombre pasa, pisa una mierda, se queja, me río, me mira, me callo, se va; me rió más. La vieja vuelve a mirarme, el perro se ha muerto del todo y los coches no avanzan. El otro día leí que en España hay seis millones de perros… Pienso…







Seis millones de perros, a una caca al día, de unos diez centímetros, son más o menos un campo de fútbol lleno de mierda al día…me asusto…Luego miro a mi alrededor y pienso que no es tanto, que puedo soportar más porquería.






Estoy seguro de que Dios existe y lo que pasa es que esta de mal rollo por lo que le hicimos a su chaval. Creo que Dios es conductor de autobuses, o quizás administrador de fincas…Recuerdo los perros y de lo que estoy seguro es de que no es barrendero.







Llega mi autobús, me monto, pago, me siento, me aburro, me aburro más, pasan seis horas, o siete, o veinte minutos, no se, pero se me hace eterno y al final llego al trabajo. Bajo. Silencio. Silencio y cansancio. El suelo del aparcamiento huele a hospital,






El césped con rocío, la humedad que se siente a través de los zapatos, las escaleras huelen a lejía, a siniestra esterilidad; me molesta, ando rápido y llego a la barra de la cafetería de enfrente. Pido un café pero no hay Donuts, ni bollería ni nada de comer. “¡Eh, Dios! ¡Que yo ni había nacido cuando lo del hippy de tu crío!





Podría vivir perfectamente sin café y sin bollos, pero mejor no. ¿Sabes? Igual si que Dios es barrendero.



Nos vamos de alquiler

 

Después de los saludos y las formalidades, pasamos a ver el salón, la cocina, el baño y el dormitorio. -Bueno, pues este es el piso…54 metros en total. 360 Euros.

 

No os voy a engañar, a nosotros nos llamó la atención que un piso junto a la universidad costase eso y fuimos por el precio, pero he aquí que no era un apartamento, ni un estudio, ni exactamente un loft (aunque faltaba algún tabique); aquello era indescriptible. El olor no sabría reproducirlo en palabras, pero imaginad que dejáis el agua de fregar dentro de un armario y lo abrís al cabo de un año. Pues así.  Y me dice la mujer al ver mi cara de susto: “es que era piso de estudiantes”. Que yo pensé: ¿de qué? de arqueología. Allí había polvo más antiguo que yo y restos de muebles que se habían ido momificando hasta ser irreconocibles.

 

Y la mujer seguía: estaban unos estudiantes que se fueron sin avisar…

 

Y yo pensando, no se han ido, murieron y siguen aquí, bajo las arenas, así huele.

 

El salón era como “la zona cero”. Lo que quedaba en pié había que derruirlo y lo que ya eran escombros, necesitaríamos meses para sacarlo. Yo pensaba que en cualquier momento iba a salir un bombero de cualquier esquina gritando “Salgamos, va a derrumbarse!!”…

 

Que le dije a mi novia: seguro que en el portal hay una placa con los nombres de los desaparecidos, como en el Vietnam Memorial de Washington…

 

Llegamos a la cocina y, mientras yo miro por un agujero de la pared junto al grifo a través del cual se ve el salón, dice la tía: pues ya veis que está para darle un par de manos de pintura y entrar a vivir. Mi novia me miraba como diciendo: “ni enterrando el piso en cal y quemándolo después, queda esto desinfectao”.

 

La mujer, mientras nosotros seguimos a cuadros, dice: os he dejao la lavadora y la nevera, mira…

 

Mientras iba a abrir, elevando un poco la voz le digo: no, si da igual, ya la vemos. Yo pensaba, seguro que hay dentro una rata escuálida que nos dice “matadme, por favor”.

 

Yo ya le dije: mujer, unas reformas necesita. Y me contesta, mientras tira de una manta que tapa “algo”,: hombre, ten en cuenta que te lo doy semi-amueblao; y la casa tiene muchas posibilidades…

 

Mientras la manta caía al suelo y las almas atrapadas en ella salían exorcizadas, aparece un tresillo rojo de polipiel , cuarteado como los manuscritos del mar muerto, con un agujero en el reposabrazos del tamaño de una manzana. Por un momento pude ver a la ratica comiéndose el brazo del sillón, pensando “y como he acabao yo aquí, con lo que yo he sio…”

 

Y mi novia por lo “bajinis”: posibilidades no se si tiene, pero mierda…

 

Ahí se nos debió cambiar la cara, porque la señora ya nos empezó a decir que podía rebajar el precio un poco y tal y nos acompañó a lo que, según ella, era lo mejor, el dormitorio. ¿Sabéis esos crucifijos en los que cristo te sigue con la mirada vayas donde vayas? Pues uno de esos permanecía inmóvil sobre un cabezal barroco que presidía un somier de muelles con su colchón azul raído y dos cortinas como de ganchillo en beige.

Era como estar en una de esas cárceles mejicanas que salen en los westerns antiguos, solo que sin el acento gracioso. Pero eso no es lo mejor; lo mejor era que la habitación estaba pintada de verde manzana intenso, pero claro, se ve que antes la habían pintado de azul, y en los desconchones se veía la pintura azul y entre los lunares, las puntillas y el cristo, era como una visión  kitsch de la feria de Sevilla. Mi novia ya no pudo más y le dio la risa y se fue ella sola a ver el baño para disimular.

 

A mi me acompaña la señora y, de camino, corre una cortina de bolas de madera y me enseña “la despensa”. Es decir un hueco en la pared con dos baldas y la cortina de las bolas delante. Y eso así, en mitad del pasillo. Que me dice mirando al techo compungida: “la luz de aquí no funciona”…Ahí, como diciendo, la casa esta de p*ta madre, pero esta luz se ha roto…

 

Llegamos al cuarto de baño y veo que mi novia se ha quedado en el quicio estupefacta. La pared del cuarto de baño estaba alicatada con azulejos en distintas direcciones, formando rombos, desconchados y distintos. Por un momento pensé que si los miraba desenfocando la vista iba a ver una nave espacial en 3D o la Torre Eiffel. La grifería, que debió ser cromada algún día, era azul verdosa, entre oxidada y ecológica y la cortina de la ducha estaba tan rígida, que si no me lo dice mi novia, yo me creo que es una mampara de metacrilato.

En el suelo, habían optado por no andarse con miramientos y, en lugar de ir remendando los azulejos, habían echado cemento blanco en todo. Me niego a hablar del retrete por principios, pero diré que la cisterna, colgada del techo, tenía por cadena un cordelito azul con una anilla de las de los tapones de los lavabos.

Eso si, tenía uno de esos armaritos con puerta de espejo que salen en todas las películas de terror, que siempre había querido tener y ahí me di cuenta de que a veces, la realidad, acojona mucho…

 

 

Total, que a lo mejor nos compramos un piso…

la peor película del mundo

Imagina que te dan un presupuesto ilimitado y te sugieren hacer la peor película del mundo. A lo mejor crees que ya la han hecho, pero yo creo que sea cual sea la que elijas, se puede hacer una peor. Yo voy a ir proponiendo cosas, a ver qué se os ocurre al resto…

 

 

 

1-Imprescindible es juntar en el reparto a: Chuck Norris, Lorenzo Lamas, Silvester Stallone, Pamela Ánderson, al reparto completo de “Salvados por la campana”, al niño que hacía de Chechu en “médico de familia” y, por supuesto, a Macaulay Culkin. También quiero a Mickey Rourke y a Steven Seagal. Para equilibrar tal elenco de actorazos, necesitaremos, a parte de a Pamela Anderson, grandes actrices como: Paris Milton, Ana Obregón, Leticia Sabater, Mar Flores, Britney Spears, Carmen Electra, todas las Spices Girls y alguna más del estilo que seguro que me dejo.

2-Que todos los coches salten por encima de cosas y las atraviesen, mientras estas explotan; tanto si viene al caso, como si no. Que alguien esta hablando y se ve un rió, pues un coche que salta y se estrella contra un barco que explota. En ese plan.


3-Necesito que, cada vez que los protagonistas vayan por la calle, Bud Spencer y Terence Hill atraviesen una cristalera dándose de leche con Jackie Chan y que la acción siga como si nada.

4-El argumento de la película no esta muy claro, pero pase lo que pase, lo arreglará un americano patriota, antiguo marine que perdió a su mujer y a sus hijos a manos de un narcotraficante mejicano (que debe ser Santiago Segura). Este americano estaría bien protagonizado por Patrick Suazi.

5-Necesitamos que haya un malo malísimo que no solo le cuente sus planes al bueno, quiero que mande mensajes avisando de fecha, hora y lugar de los golpes y un burofax a la poli.


6-También me gustaría añadir a las escenas trascendentales a un guarda de los de la zona azul, que cada vez que aparquen un coche los protagonistas, los mire con música de fondo de intriga y los ojicos achinaos…

7-Cada vez que hablen con alguien "viejuno" tiene que deicr:"a mi ya me queda poco para jubilarme" y en ese moemnto que explote y que el resto de los actores se miren como diciendo "si se veia venir".

8-De vez en cuando, cada vez que alguien fuese a decir una frase importante, debería aparecer, coincidiendo con el final de la frase, Oratio (el pelirrojo de CSI Miami) y ponerse las gafas mientras suena el grito de la cabecera de la serie.

9-molaría que hubiese un asesino en serie con un patrón fácil de descubrir y deducir como hace Grison: algo así como:


-Prota: su firma es sacarles un ojo y ponerles en la cuenca una canica. Mata jueves y viernes y las despedaza poniendo sus miembros en orden alfabético en griego coincidiendo con la luna llena de los meses pares y los puntos cardinales siguiendo el orden inverso a los signos del zodiaco…y si sumando la equivalencia griega de letras con números representamos los nombres de las víctimas, tenemos que los números primos suman 151, que en romanos es CLI, que deben ser las siglas del asesino… de donde, cotejando esas siglas con los profesores de griego aficionados a soplar vidrio los findes…Bingo! Lo tenemos!

-El compañero (el culkin): Madremia, lo teníamos delante…

-Prota: tranquilo, ya aprenderás que a veces la sangre no te deja ver el bosque….ja,ja,ja,…


…En fin…ya me he entretenido un rato, esta lista la dejo abierta, quien quiera que siga…, a ver si alguien nos la compra...

matar no es un derecho

Una vez más volvemos a esperar a que un muerto nos haga a todos reflexionar. Una vez más tenemos que ponerle voz a una victima. Yo ya no quiero poner más palabras en boca de un difunto. Los muertos no hablan, sus familias solo lloran y el resto miramos para otro lado porque el País Vasco está muy lejos. Otras veces, nos remuerde la conciencia, nos sentimos mal por las personas que sufren, nos indignamos, nos asqueamos de todo y nos preguntamos hasta cuándo vamos a tener que aguantar esto.

No voy a ser hipócrita. Yo no soy vasco, ni conocía a ese señor, ni me afecta personalmente el hecho, pero eso no quiere decir que no sea mi problema. El terrorismo es problema de todos; no solo por los atentados y la muerte de inocentes, por las extorsiones, el vandalismo y la represión a la que se ve sometido el pueblo vasco, sino porque es poner en jaque a la democracia, al orden establecido, al sistema, a la constitución, a nuestros valores, principios y derechos. Es un ataque directo a los pilares sobre los que se erige el estado de derecho.

 

Hay un pueblo que sufre un cáncer, que padece sus dolores y teme sus consecuencias y, por ley, por decencia cívica, ética, moral y legal, hay un país y un gobierno que puede y debe extirpar ese tumor. Y si no puede hacerse con sutil cirugía y escalpelo, pues habrá que ir pensando en tirar de sierra y amputar miembros antes de que se extienda la infección.


Quede claro de antemano que creo firmemente en la educación, en la concienciación y en el uso de la palabra como mejor forma de subsanar y evitar errores y de curar heridas, pero hay cosas que deben mirarse desde los derechos de la mayoría, aunque eso pueda parecer que resta derechos a algunos.


Me explico. No puede consentirse que estén gobernando en muchos ayuntamientos, partidos supuestamente democráticos que no expresen firmemente, sin rodeos y sin “peros”, su oposición a ETA, su oposición a la violencia y su condena a los atentados. Cualquier partido político que no se ponga de parte de la ley y de la democracia, debería ser disuelto. No podemos permitir que la ley y la constitución sirvan de amparo para personas que defienden el derecho de algunos a vulnerar esa ley y esa constitución que es de todos, promoviendo así la violencia.

Matar no es libertad de opinión ni expresión. Matar no es defender un ideal. Matar es matar y da igual en nombre de qué se haga. Son asesinos y como tal, deben ser perseguidos y castigados y todas las fuerzas políticas que deseen ser tratadas como tal y concurrir a las elecciones, han de declarar, desde un principio, en sus bases de constitución, que la ley y los derechos están por encima de todo y de todos y que ningún acto fuera de ese marco es legítimo ni lícito.

Hasta que no desaparezcan todos los aparatos políticos que apoyan el terrorismo y que subsisten entre los resquicios que dejan las leyes, no podremos acabar con esta situación. Quizás no sea el final de ETA y se con certeza que no será fácil acabar con un grupo de matones organizados, que es en lo que se ha convertido, pero creo que esa disolución de partidos, es uno de los pocos pasos que podemos dar dentro de la ley para ir haciendo que ese tumor no ahonde sus raíces. Al menos sería una forma de decirle al pueblo vasco, a los que están luchando y aguantando, que no están abandonados a su suerte y que se lucha tanto desde los cuerpos de seguridad, como desde la cúpula política.

el cambio del siglo XXI

 

No hay forma de ver el proceso de cambio cuando uno esta inmerso en el; así que esto es probablemente, otra aproximación errada.  El mundo ha cambiado, la empresa, la comunicación, al economía, el arte, la belleza, todo esta cambiando deprisa y el poder de asimilación humano no es infinito.

 

Estamos inmersos en un desajuste cultural y social. Como conjunto, no somos capaces de asimilar todas las novedades tecnológicas e informativas que nos rodean y el proceso no para. No nos equivoquemos, la sociedad no avanza al mismo ritmo que la tecnología que la sustenta. En este momento somos como un mono con un mechero: las posibilidades que tenemos son infinitas, abrumadoras, pero no sabemos cuales pueden ser las consecuencias de nuestros actos y necesitamos tiempo para pensar, asimilar, mirar atrás y calmar el paso.

 

El otro día, cuando el ministro de economía llamaba “magia” a una memoria usb, pudimos ver como ya ha llegado esa ruptura entre tecnología y gobierno. Quien nos gobierna no entiende ni pertenece al tiempo que corre, le sobrepasa y mientras lo asimila, los avances no se detienen y, nos vemos viviendo en una especie de ley de Moore

 http://www.baquia.com/com/legacy/14184.html

 Informativa, donde cada año se multiplica por si misma la cantidad de información disponible y es más barato y fácil acceder a ella, pero nosotros no multiplicamos por dos nuestra capacidad de comprensión de año en año.

 

Las creencias, la fe, la verdad, todo esta en tela de juicio, todo es susceptible de renovarse, de cambiar, de evolucionar rápidamente y, sin pilares sólidos sobre los que erigir nuestro edificio de conocimiento, la sociedad se tambalea.

 

Las personas necesitamos certezas, creencias, verdades que no pongamos en duda constantemente. No podemos dudar de que cuando nos despertemos igual ya no hay calles, o igual nuestra madre nos dispara a la cabeza. Eso no se puede dudar. El ser humano necesita de un cierto grado de rutina, de simplicidad de vida para poder crecer interiormente y eso, hoy día, se echa en falta. Ya no se cuales son las necesidades humanas. Ya no se cual es la escala de valores que tenemos. Hemos conseguido hacer que la individualidad sea general. Hemos pasado de un mundo de borregos todos iguales andando al mismo paso en sociedad, a un mundo de borregos tan desiguales que la desigualdad los iguala. ¿Nadie ve que es absurdo?

 

Hay en Internet y el las librerías, miles de artículos y libros sobre “la enfermería del siglo XXI, el marketing del siglo XXI, la cocina del siglo XXI”… ¿Y las personas del siglo XXI?

 

Nuestra sociedad necesita urgentemente, un reajuste ético, filosófico y moral.

Sin él, cualquier avance, cualquier progreso, estará abocado al fracaso. Yo ya no me pregunto si mi hijo verá un mañana ecológico, sostenible y avanzado, me pregunto si eso le importará o si vivirá al borde del suicidio, consciente de que su existencia finita,  parcial y aislada es absurda en la intimidad de un mundo que no escucha y habla a gritos frente a un universo infinito que nos ignora…

A propósito de Dios

Dios no existe. No puede existir. Su existencia misma sería incoherente con su grandeza. Por tanto dios existe, pero siempre y cuando existir no implique consciencia ni nada que lo una a la realidad material.



Si se es, si se está, puede dejar de serse y de estarse; con la existencia sobreviene la duda y lo divino es la certeza. Todo lo que es puede dejar de ser. Solo lo que no esta dura para siempre.



Incorpóreo y etéreo. Inexistente, inalcanzable. Invisible, omnipresente, omnipotente, infinito y eterno. Si tal se es. Si así se describe. No queda duda de que es energía en estado puro. Presente en todo y ausente en todo. Materia y antimateria. El todo y la nada. Como siempre se ha descrito “el alfa y el omega”, principio y fin.



Acercarse a Dios, así visto y así descrito, dista mucho de lo que entendemos por estar cerca de Dios. Sería la ausencia de todo, la humildad extrema, la falta de necesidades y deseos, de cuerpo, de esperanza, de todo aquello que no sea centrar nuestra mente en extraer toda nuestra energía y focalizarla en un punto externo a nosotros, externo al mundo, cercano a la nada del universo, al vacío, al desorden ordenado de un caos cósmico hasta llegar a morir y dejar de ser.



Dios existe porque no lo puedo ver. Dios existe porque es un no ser completo, un no ser carente de todo que todo lo posee por no poder perder nada.



Yo soy tan pequeño, tan humano, que cómo describir eso que creo que se. Es imposible. Ningún existente puede entender, comprender, apreciar y transmitir algo tan grande. Quizás por eso ninguna religión acierta, ninguna sirve para unir a los hombres y explicarles las verdades, pues solo son interpretaciones parciales de personas parciales, finitas, que no saben realmente más que cuatro cosas de si mismos; como yo y como todos.



¿Quizás el mundo se iría al traste si quisiéramos ser uno con Dios? Si, por supuesto.



Deberíamos desprendernos de todo, despojarnos de los bienes, los lazos, las creencias, la familia, nuestros miedos y por último abandonar nuestros cuerpos. La mente no puede estar centrada en nada que no seamos nosotros mismos si antes no dejamos de ser. Por lo tanto, deberíamos pasar a otro plano de existencia para poder ser energía y así acercarnos al concepto de Dios que todas las religiones defienden. Pero en ese estado, quizás no seamos conscientes de nuestra identidad, quizás dejemos de ser para poder no ser junto al resto de inexistencia que existe en los huecos oscuros del universo. Puede que definitivamente sea inalcanzable existir en un aquí y un ahora pretendiendo ser en un “para siempre” en todos lados.



Recojo, por último y como punto final, en esta divagación sobre lo divino, unas palabras de Cicerón que vienen al caso de mi razonamiento: “Dios, tal como nosotros lo concebimos, no puede concebirse más que como un espíritu puro, independiente y libre de todo elemento material, un espíritu que percibe todas las cosas, que imprime movimiento a todo, teniendo en sí el principio del movimiento eterno.”

Navidad o victoria

Abuelos: acoplados con moscatel, canal plus y un recopilatorio de los programas de saber vivir de la 1.

Niños: Play3 regalada, doce juegos, en casa de los abuelos

Padres y suegros: preparando fiesta en casa, aún desconocen el plan

Notas a los padres y familiares: enviadas por correo ordinario, llegarán en 23.


Bien. Amigos, amigas, hermanos todos, no os voy a engañar. Somos una legión que se verá bombardeada por mensajes cursis de año nuevo, por e-mails que cantan y bailan mientras piden dinero para no se qué niño que le falta un pulmón, y otros que intentarán acertarnos el futuro del 2009 según la cantidad de lunares que tengas en el culo. Nos acosarán todo tipo de voluntarios con miles de lazos de colores hasta que parezcamos tunos o divas del día del orgullo gay. Nos cegarán las luces con forma de reno y campaña al olor de las castañas asadas y nuestra debilidad se verá aprovechada por vendedores de roas y otras mierdas que acabarán por vendernos diademas con cuernos de reno y gorros de Santa. Será una batalla dura, pero esta en nuestra vida, nuestro camino. Nuestros días de libertad y guerra, de amor y paz y no lograrán vencernos.


Recogeremos nuestras escasas pertenencias, montaremos al primer tren que salga hacia lo desconocido de la playa más lejana y desierta y allí, donde nadie nos conozca y ni siquiera sepamos hablar su idioma, podremos bajar a la arena, hacer una hoguera de turrón y polvorones al son de las campañas que redoblan por papa Noel. Quemar cajas de vino y cestas de navidad y ponernos hasta el culo de buen rioja, carne a la brasa, ron y tequila, whisky y vodka del bueno hasta que el nuevo año nos encuentre dormidos en los brazos de Baco, mientras Morfeo siga de fiesta con una gogo cubana.


Hubo un hombre que tuvo un sueño, uno que se disipaba si no se decía entre susurros. Algunos dice que ese sueño era “Roma”; otros creemos que era una Navidad sin familia ni vecinos. Soñó con casas vacías de familiares, de niños, de abuelos, de turrones duros rompe-muelas, y blandos pegados a las encías; de roscos de vino que no se come nadie y envejecen como las pasas de corinto en un rincón de la nevera junto a los mantecados de limón y coco. Soñó que los alfajores ardían más allá de Orión, que los polvorones y el chocolate con arroz inflado gemían de dolor en el fuego del infierno con llamas alimentadas por moscatel y anís del mono.


Aquel héroe mítico que soñó con el derrumbe de Toys”r”us y la debacle de Ikea vive hoy en nuestro pecho, arrancando corty-coles, navidornos y pisando huevos kinder. Luchando a capa y espada contra la legión de señoras-golum que rastrean las ofertas de los súper y los gitanos de la cabra o los rumanos de la acordeón, que me hacen pedir a gritos una reinserción laboral para dichos colectivos, por el bien de todos. Otros adalides hacen slalom por las calles esquivando a hordas de jobbits que ya no tienen cole, mientras sus padres nos cercan con sus compras de quince bolsas en aceras de un metro y pídele a Dios que no llueva, pídeselo porque por Tutatis que te clavan el paraguas hasta en el hígado con tal de no bajarse de la acera.


Y Dios te libre hermano de ir al mercado del jueves el día antes de Navidad o serás testigo de la crueldad, de la gula, la avaricia y el desden, de los mercaderes que se apoderan del templo mientras las viejas avaras regatean como cuervos y se esconden comida en los carros como las ardillicas en invierno, pero en versión arrugada. Mientas, quinceañeras posesas buscan rimmels y lacas de uñas y medias y cosas que asustan recorriendo las calles como Tina Turner en Mad Max ( hasta con las mismas pintas).

Hubo un héroe en nuestra alma que hoy pide venganza deseando que gritemos todos, todos juntos: ¡Nena pon el contestador y deja a los críos con tu madre que nos vamos a Jamaica!

Y si por avatares del destino, Jamaica queda lejos porque la crisis nos queda cerca, pues vamos a la cala del pino a ser tan paganos que hasta dios baje a pegarse la fiesta, los reyes se jueguen hasta la mirra al póquer y a los camellos que los manden al zm.





Y que nadie se ofenda, si yo adoro la navidad; es solo que me gustaba más cuando la cosa quedaba entre José, la Mari y el crío, sin tanto lío ni gasto absurdo. Ahora ya no se si soy un hereje convencido, un pagano con prejuicios o un cristiano agnóstico.

Lo que si se, es que como me vuelvan a cantar un villancico mis abuelas mientras mi madre rasca la botella de anís del mono, mi suegra toca la pandereta y mi cuñado le da a la zambomba, o me hago monje budista, o lo de Hannibal Lecter a mi lado, va a quedar como una merienda del Burguer king.



Desde aquí, por último, recordarle a Papa Noel que sigo sin tener chimenea, que las puertas de la terraza son correderas y no abatibles y que no tengo estufa, así que ya van tres años que nos deja los regalos en la secadora. A los reyes, comentarles que este año no me traigan nada, pero me paguen la factura de la alfombra que me decoraron los camellos y que lo que hay en el mueble bar es para todos, no solo para sus majestades. Y por cierto, el Cardhú seguro que también lo encuentran en oriente, que la naranja y el turrón no lo tocan, pero lo otro…

En fin, que Feliz Navidad a todos.


¿Web 2.0 ó 3.0? ¿Y a mi esto cómo me afecta?

Según a quién preguntes o qué leas, verás que los datos que se aportan y las críticas acerca de la web 2.0 y la 3.0  son de lo más diverso.Pero al final, lo que importa es saber qué tiene eso que ver con uno mismo. Pues mucho.

 En un primer momento, la web era un lugar para extraer información, para leer, pero poco participativa. Con la web 2.0, se entra en un mundo de ínter-conectividad donde uno puede leer, escribir, intercambiar información y generarla por medio de la conversación.

 

Para algunos críticos , esta realidad de que una persona, en su casa, pueda crear información, no es más que hacer que el ciberespacio de llene de basura, de textos, paginas, blogs y elementos multimedia sin contenido o, en el peor de los casos, con contenidos equívocos.

 

Para otros, ese mismo hecho de intercambio de ideas es la base del conocimiento y la web 2.0 favorece la formación en las empresas.

 

Luego, cuando la mayor parte de los mortales no tenemos ni idea de que la web esta mutando a nuestro alrededor sin apreciarlo, se nos presenta el futuro en forma de “3.0” y una serie de premisas posibles y futuros probables que no nos dicen mucho. La “web semántica” como se la conoce se supone que será un avance hacia la globalización, hacia la multiculturalidad, sin barreras de conocimiento, ni idiomas, ni problemas espacio-temporales.

 

¿Pero voy a notar el paso de la 2 a la 3 ? Pues no se, yo no recuerdo haber cambiado mucho como persona cuando pasamos de la 1 a la 2…

 

Desde otros puntos de vista, ligados al diseño gráfico y web y la identidad visual, se manejan cuestiones de estilo sobre si la web 2.0 usa o abusa en los colores degradados o si se llevan los cuadros o las flores o los logotipos en 3D. Cosas de esta índole me parecen tan absurdas, taaaaanto, que ni me voy a molestar en explicarlo.

 

De hecho, Jakob Nielsen, ha remarcado que con la web 2.0, en muchos casos, se han hecho páginas poco accesibles y difíciles de navegar.

 

 

 

Es como si cuando Gutenberg publicó “El Misal de Constanza», le hubieran dicho:

 

-Que te iba yo a decir, Gutty, eeeeh, yo, lo que tú digas, pero te comento que para la portada, se lleva mucho el retablo, el contraluz, así en ocres, teja, color tierra, rosa palo…también está este Roger van der Weyden que hace cosas mu bonicas, con mucho colorido, vamos que eso es verlo…

 

Bien pues más o menos, estamos en lo mismo. Cuando medio mundo está intentando comprender en qué se va a convertir la red de comunicación más importante y grande del mundo, no podemos pararnos a crear modas o tendencias de diseño. Señores, que a nadie se le olvide. Las tendencias estéticas y el diseño gráfico pueden ir de la mano, pero no cosidas por la cadera.

 

Para que os hagáis una idea, podéis leer este buen artículo sobre diseño.

 

La estrategia de marketing y comunicación, así como los valores de marca, son los que indican de qué forma es más conveniente transmitir esos valores para que se posicionen mejor en la mente de los ciudadanos. Y puede que eso signifique hacer una página en blanco y negro o puede que en un caso concreto (y Dios no lo quiera), sea necesario tapizar la página de un estampado atigrado sobre fondo fucsia. El diseño está al servicio de una marca que tiene unos objetivos. Ocurre, claro está, que el diseño y el diseñador se pueden y deben nutrirse de todo lo que les rodea y eso se plasma en las piezas creativas, pero no confundamos cosas.

 

Volviendo a lo de las webs, que divago mucho,  mi consejo como lector de Internet e inexperto en los temas tecnológicos, es que tranquilos…tranquilos. Ni Internet se va a convertir en un gran centro comercial,ni el nuevo google te va a decir  que eres idiota por buscar “amor + mierda” y ver qué pasa.

 

Las nuevas tecnologías avanzan y la comunicación que posibilitan y el flujo de información aumenta, pero podremos seguir eligiendo, participando o no de los medios y seleccionando, comunicando y permaneciendo conectados física y no tan físicamente.

 

Lo que pasa, creo yo, es que nos hemos metido en un gran movimiento socio cultural y económico, artístico, tecnológico y multidisciplinar que lo abarca todo, menos un aspecto, que el relativismo postmodernista ha dejado un hueco en los paradigmas de comunicación y conocimiento y hoy en día, Internet es el paradigma que filtra la realidad y, por primera vez, la realidad puede ser cambiada y, por tanto, el valor de la verdad está en peligro.

No se si alguien ve por donde voy, pero el subjetivismo y el constructivismo esta llegando al grado en el que empezamos a poner en tela de juicio hasta nuestras creencias. Todo gran movimiento tecnológico, social y cultural, necesita una reflexion filosófica, unas preguntas y respuestas que ordenen un poco la realidad y le den un contexto en el que poder ponderar, discernir y comprender.

Ojalá haya sabido explicarme.

El fin de la identidad visual

Leo en la Revista Telos un debate sobre la integración de la imagen corporativa en la estrategia empresarial y me planteo muchas preguntas.

 

En este debate, Justo Villafañe realizó algunas aproximaciones al concepto y funciones de la cultura corporativa, a la que definió como la "construcción social de la identidad de la organización" y calificó como "la base del proyecto empresarial".

Emilio Gil, por su parte, evaluó la Creación y renovación de la identidad visual corporativa, y realizó un análisis de los cambios que está sufriendo la concepción de la imagen visual de la empresa como elemento estático, para convertirse, según las últimas tendencias, en un elemento dinámico, que se define, a partir de unas líneas comunes y siempre reconocibles, en función de las necesidades de comunicación de cada momento. Este cambio de concepción es tan profundo que, en palabras de Emilio Gil, ha llegado el momento de preguntarse si "la imagen visual ha muerto".

 

En la misma línea, Mariano Cebrián hizo referencia al paso generalizado que se está observando "de la identidad visual a la identidad audiovisual y multimedia", y comentó hasta qué punto se ve revolucionada la identidad visual de las empresas a partir de los elementos móviles de presentación, sean vídeos institucionales o publicidad de televisión.

 

A estas alturas, lo que creo que va siendo hora de preguntarse, es hasta qué punto podemos representar visualmente nuestra identidad corporativa con un único signo distintivo y memorable que nos haga un hueco en la mente saturada de una sociedad tan llena de imágenes.

 

Asumamos que ya no quedan colores únicos, que no quedan elementos que otras empresas no usen, que todos los logos, símbolos y las combinaciones de estos, cada vez se parecen más a “algo” que ya existe y que no podemos evitarlo.

 

La imagen visual no ha muerto. Lo que sucede, a mi entender, es que hemos llegado al punto en el que la identidad corporativa ha de plasmarse en una identidad sensorial corporativa. Tenemos cinco sentidos y un mundo lleno de tecnología y plataformas para explotar cada uno de ellos. ¿Por qué quedarnos con uno? ¿O por qué parar en los elementos audiovisuales y multimedia.

 

Pensemos un momento en el verde Telefónica, en el azul Iberia, en el símbolo de Nike o en Coca Cola. Cuando nacieron, las marcas poderosas con logosímbolos cuidados eran muchas menos que hoy y las opciones se nos están acabando.

Propongo a cualquiera que se meta en nuestro amado google y busque logos de empresas de electricidad o de agua o de dentistas. Notarán que la imaginación empieza a flaquear.

 

Construir hoy una imagen visual poderosa supone un esfuerzo económico inmenso; y no en su diseño, que eso parece que “sabe” hacerlo todo el mundo que conoce frenad o illustrator, sino en su implantación.

 

Estamos todos tan saturados, que a penas podemos reconocer veinte o treinta marcas y, si nos fijamos, veremos que casi todo el mundo dice las mismas y luego alguna más que le atañe directamente, por su profesión u otras circunstancias personales.

 

Pero aún hay salidas. El sonido al apagar el ordenador con Windows, es Windows. El olor de la ropa de Zara al llegar a casa, es Zara, solo un Martín sabe a Martín y es fantástico saber que cuando vas a un hotel Hilton, la suavidad de sus sábanas es siempre la misma, la del mejor algodón egipcio.

 

Una marca es el nombre de pila de un ente sociocultural y económico que vive, respira y comunica en sociedad. Una marca debe ser el significante que desencadene cadenas de significados en la mente del consumidor con un solo golpe sensitivo. Es más, no solo debemos crear unos valores que nos posicionen, sino que debemos pensar a lo grande, intentando crear para que se recuerde nuestro slogan, para que nuestro símbolo sea eterno, para tener un olor, un sabor y un tacto, un sonido e incluso un valor moral, como ocurre con Benetton o Dove.

 

Como no nos demos prisa en avanzar, a los que vivimos en y de la comunicación, se nos va a complicar mucho la vida…

 

Erase una vez una mayonesa azul

Yo no se que tienen las neveras de los pisos compartidos, pero es indudable que, desde que el antiguo compañero se va en junio hasta que el nuevo llega en septiembre, en las neveras suceden cosas increíbles. Así, que antes de la llegada del nuevo inquilino, decidimos limpiar la parte de la nevera del antiguo.

Lo primero que llamó mi atención fue una especie de aceituna con rabo, que estaba en el fondo del cajón de las verduras. Pero sucedió que, al cogerla (y dios bendiga los guantes de latex, y el latex en general…) que la capa externa negra se desmorono en pegajosos hilos, dejando a la vista lo que era el hueso de una cereza.

Bajo la cerezuna, que la llamo yo, había una densa capa de cartón gris, que concluimos, mi novia y yo, que debían ser papeles de periódico mojados y prensados con fructosa y otros agentes hasta conseguir un cartón piedra rígido, de aspecto porcelánico, capaz de absorber miles de millones de bacterias.

En el estante superior, había un objeto blanco, duro y denso envuelto en papel de cocina. Lo saqué, lo abrí y prometo que era el trozo de queso más seco que he visto jamás. No desprendía olor, estaba tan seco y consumido que podías ver en la superficie unos anillos, como en los troncos, que iban informando de cómo había ido muriendo progresivamente. Aquel queso no tenía menos de once meses.

Respecto a lo que le pasa a la leche de soja tras dos meses, no voy a decir nada, pero digamos que si intentabas agitar el brick, el contenido se movía como una sola unidad compacta y gelatinosa, como cuando dejas el helado un ratito fuera del congelador.

Pero el descubrimiento más increíble fue un bote de Ligeresa azul. Pensábamos que era un bote de mayonesa vacío que había utilizado para meter alguna otra cosa, pero no. Era una bonita mayonesa azul verdoso, entre aguamarina y turquesa (que según mi novia son colores) y que os prometo que olía a menta. Mi novia dice que se había podrido. Yo creo que aquella mayonesa estaba viva. Había empezado a hacer la fotosíntesis con la luz de la nevera y estaba en plena gestación. Incluso creo que reaccionó al sonido de mi voz.

Y decía yo lo de la mayonesa porque cuando probé la Ligeresa sensación, me acorde de aquello que he leído cientos de veces en los libros de marketing: “si algo funciona, no lo toques”. Se ve que los desarrolladores de productos de Ligeresa y los responsables de marketing no habían visto el fracaso de los Donuts Light y pensaron que molaba cambiarle el sabor a la “Ligeresa Sensación”. Creo que todos sabemos gracias a las relaciones públicas, la publicidad y el marketing, que la relacion entre expectativas y resultados es la base de la satisfacción y fidelidad y, si espero una Ligeresa con menos calorías y lo que de das es una mayonesa que sabe a otra cosa, de satisfacción vamos mal. Con lo increíblemente difícil que es que alguien sea fiel a una marca y a un sabor, cómo se les ocurre cambiarlo tan radicalmente.

Podría extenderme y divagar más, y explicaros la diferencia que hay entre “bichitos del arroz” o “¡mira cariño! Escarabajos…”, pero seguro que os hacéis una idea.

En fin, solo aconsejaros que antes de devolverle a nadie su parte de la fianza, pedirle amablemente que limpie su parte de la nevera y de los armarios de las conservas.

Y diréis vosotros. ¿Por qué nos cuenta esto? Lo cierto es que tiene poco que ver con la comunicación, pero como nunca consigo solo pensar en una cosa, dentro de mi cabeza, que es como un todo a cien en rebajas, si que viene al hilo de esa preocupante realidad social de: “pues que lo arregle otro. Total yo ya me iba...”

Se que es difícil hacer algo cuando lo que esta mal no nos afecta, pero hay que ver lo mucho que ganaríamos todos si nos importase más ser sociales que parecer sociables. Y a este respecto ya hablaré más delante de esas extrañas resoluciones judiciales que tanto abundan últimamente.